Alicante también es ciudad de música
Volamos en primera clase, y es el ciudadano quien debe ser sensible a esta oferta cultural única y sacarle partido, presumir de ella

No me desdigo del razonamiento que hice en mi anterior artículo (también en clave musical) cuando lamentaba la poca sensibilidad cultural y, en concreto, musical, el relativamente escaso interés por los compositores, solistas… por la música clásica en general que, en comparación con otros países de nuestro entorno, tenemos los españoles. Y añadía que se trata de un problema de base, de educación en su más estricto sentido: formación académica, formación escolar.
Pero afortunadamente existen entidades y personas que luchan para que la música clásica (conciertos, recitales, monográficos sobre este o aquel compositor, solistas de instrumentos o vocales, e incluso investigación musical, nuevas grabaciones, revisión moderna de los clásicos y fusión de estilos) esté a la disposición y disfrute de todos los ciudadanos.
Abrir las puertas al maravilloso universo musical, darle alas y placer al sentido del oído y transformar el verbo oír en escuchar, que parece lo mismo… pero no es igual.
Y me refiero al trabajo que realiza en Alicante desde el escenario, y tras él sobre todo, el Auditorio de Música, uno de nuestros foros culturales más importantes y del que más orgullosos nos sentimos los ciudadanos: el ADDA.
Volamos en primera clase, y es el ciudadano quien debe ser sensible a esta oferta cultural única y sacarle partido, presumir de ella
En efecto, en este sentido, volamos en un jet sobre la pista de una partitura, y lo hacemos en primera clase con una tripulación de lujo: la orquesta titular ADDA Simfònica y su capitán, una joya de persona, un artista apasionado: el director Josep Vicent.
Pongamos ejemplos actuales:
Precisamente, como más arriba he deslizado, Pasiones, es el lema de la temporada sinfónica ADDA 2023-2024. Un ciclo que ha comenzado este otoño y que nos presenta 22 nuevos conciertos. Orquestas de categoría internacional y formaciones corales de primera fila para subir al escenario grandes obras emblemáticas.
Pasión. La capacidad del ser humano de sentir con fuerza, las pasiones que nos dan placer desde una perspectiva musical, porque nadie mejor que nuestros músicos para trasladar al público estos sentimientos. Así se ha expresado el director artístico del ADDA Josep Vicent para verbalizar la temporada con cuatro propuestas diferentes que nos harán volar por el firmamento de la música:
Una ruta vertebrada por composiciones de Strauss, que abre y cierra la temporada de la mano de ADDA Simfònica con la batuta de Josep Vicent.
Un segundo bloque con el lema “despierta tu voz interior”: recorrido a través de las voces por grandes obras maestras musicales.
El interesante tercer itinerario llamado “Symphonic Cinema”, primicia en España, dos conciertos: La Danza del Fuego, en octubre, y en abril un viaje a través de la vida de Mahler con “El Eco del Ser”.
Y, por último, los doce conciertos del programa, interpretados por ADDA Simfònica.
No quiero extenderme más, pero no puedo pasar por alto este otro ejemplo:
La nominación a los Grammy de ADDA Simfònica con “Ritmo: Chick Corea Symphony Tribute” planteado en 2020 y grabado durante el Fijazz de 2021, nominación que es, ya en sí misma, un enorme premio y reconocimiento a estos músicos alicantinos y su director, Josep Vicent.
El álbum recoge los temas más significativos de la aclamada estrella del jazz, pianista y compositor, fallecido en febrero de 2021, antes de que fuese consciente de que el disco iba a hacerse realidad.
Podría extenderme páginas y más páginas hablando sobre esta isla cultural y musical alicantina, pero prefiero que, si les ha picado la curiosidad, abran sus dispositivos electrónicos y descubran el ADDA y su orquesta.
Visita obligada para abrir boca, porque además es una delicia pasear por una web tan bien diseñada y con un concepto tan didáctico e intuitivo tanto para el aficionado experto como para el que se estrena en este mundo fantástico:
Discúlpenme, un último apunte y este es muy personal:
Cuando tengo la fortuna de asistir a un concierto en el ADDA hay veces que, observando el trabajo de Josep Vicent, me atrapa de tal manera su pasión, su exquisita gestualidad, su cercana manera de mover a los músicos y bailar con ellos, que dejo de percibir los sonidos porque solo existe en el espacio un director danzando con las notas musicales. No en vano es el mejor capitán para la mejor de las tripulaciones en una nave de lujo.
Abróchense los cinturones que despegamos al cielo de la música.
Déjense llevar.