¿A dónde vas Partido Socialista?
Todos se saben imprescindibles y están “vendiendo” sus votos a un altísimo precio, y se está creando competencia regional entre partidos, y tensiones entre la principal coalición, para ver quien le saca más a Sánchez

El domingo 23 de julio se celebraron elecciones generales en España. El Partido Popular las ganó, pero finalmente no ha podido gobernar al no lograr sumar los 176 votos necesarios para ganar la investidura. Probablemente un mal final de campaña y el tan temido miedo a VOX que estuvo esgrimiendo, con mucha eficacia, la izquierda durante toda su campaña, impidieron, contra pronóstico, que Feijoo se convirtiera en el nuevo presidente del gobierno.
Al PSOE de Sánchez, después de haber perdido las elecciones y sacar uno de los peores resultados de su historia, no le quedaba otra opción para seguir gobernando, que tratar de pactar con todos y cada uno de los partidos y coaliciones que consiguieron alguna representación parlamentaria. Lo que ellos llaman coalición progresista (es curioso que incluyan en ella a dos partidos de una derecha tan rancia, como el PNV y los herederos del Convergencia y Unió) sólo excluye al Partido Popular, a VOX y a Unión del Pueblo Navarro. Estamos hablando de más de 30 partidos políticos, la mayoría regionales y de pequeño tamaño, que se presentaron en muchos casos coaligados únicamente para participar en estas elecciones. Entre ellos podemos encontrar ideologías tan dispares como: comunistas, federalistas, feministas, nacionalistas de derechas, nacionalistas de izquierdas, independentistas, verdes, plataformas ciudadanas, etc. Vamos, un verdadero “totum revolutum” político.
La necesidad de pactar con absolutamente todos y cada uno de estos partidos, y evitar a toda costa que no se les descuelgue ni uno sólo de ellos, está llevando la larga negociación a lo que podríamos definir como una tragicomedia esperpéntica. Todos ellos, que se saben imprescindibles, están “vendiendo” sus votos a un altísimo precio, y lo más humillante es que se está creando incluso una competencia regional entre algunas partidos, y tensiones entre la principal coalición, para ver quien le saca más a Sánchez, y así poderlo “vender” a sus votantes. ¡y yo más…!
Esta situación está obligando a Sánchez y al Partido Socialista a unas concesiones, a unos renuncios, y a unos, llamémosles, “permanentes cambios de opinión”, que para muchísimos españoles (incluyendo ilustres socialistas) son absolutamente vergonzosos y probablemente inconstitucionales.
¿Tan fácil es para Sánchez y para los socialistas el olvidar y blanquear los 42 años de actividad y los 850 asesinatos cometidos por la banda terrorista ETA?
Ayer mismo me explicaba un buen amigo mío como tuvo que marchar del País Vasco en el año 2000 después de que la Kale borroca hiciera estallar una bomba en una entidad bancaria sobre la que ellos vivían y de que su familia, harta de ver manifestaciones, lanzamiento de pelotas de goma, oficinas bancarias y cajeros calcinados y hasta un asesinato a 100 metros de su casa, le obligara a trasladarse a tierras mediterráneas, mucho más acogedoras.
Todos se saben imprescindibles y están “vendiendo” sus votos a un altísimo precio, y se está creando competencia regional entre partidos, y tensiones entre la principal coalición, para ver quien le saca más a Sánchez
¿Hay algún socialista honesto que pueda dudar que los miembros actuales de Bildu no son los mismos que formaban parte de ETA o de la Kale borroca?. Pactar con Bildu supone zaherir a todos los ciudadanos, muchos de ellos socialistas, que sufrieron la extorsión o la violencia de esos terroristas. Negar este hecho o tratar de pasar página a esa terrible historia, únicamente por conveniencias políticas coyunturales es simplemente ser un malnacido.
¿Tan fácil es para Sánchez y para los socialistas olvidar el “Golpe de Estado” y la “insurrección violenta” que se produjo en Catalunya entre septiembre y octubre del 2017, blanqueando por pura necesidad de poder la actuación de los políticos que lo organizaron, con el huido Puigdemont a la cabeza?
Hace unos días, otro amigo, catalán, me recordaba lo mal que lo pasó esas semanas, y cómo perdió amistades y se enfrentó a numerosos miembros de su familia, en defensa de la unidad del estado español. La amnistía que prepara el gobierno es un insulto para ciudadanos que, como él, o como muchos policías y jueces entre otros profesionales, defendieron a España ante la proclamación unilateral de independencia.
Es evidente que en Catalunya las cosas han cambiado para bien, y una prueba de ello es que en las pasadas elecciones generales, los partidos independentistas se han quedado únicamente con el 27% de los votos. Pero que nadie dude que esta situación se debe a la firme reacción que tuvo el Estado en ese momento y al hartazgo de los ciudadanos con los políticos independentistas y con sus engaños y promesas frustradas. Superado el trauma, lo que quieren ahora los catalanes es bienestar y crecimiento económico. La amnistía y las demás concesiones (recordemos por ejemplo la condonación prometida de 15.000 millones de su deuda al FLA o la cesión de los trenes de Rodalias), no supondrán una mejora de la convivencia (ya conseguida), sino que lo único que provocarán será una reactivación del independentismo y de sus votantes, quienes tendrán a partir de ahora la certeza de que apostando por esos partidos se pueden “arrancar” dinero y privilegios para Catalunya (como por otra parte ya conocen perfectamente los vascos), ¿dónde ha quedado el concepto de solidaridad y de redistribución de regiones pobres a ricas que formaba parte inequívoca de los antiguos principios y valores del PSOE? ¡Quien os ve y quien os ha visto!, 140 años de historia para acabar vendiendo España por un plato de lentejas.
¡Pan para hoy y hambre para mañana!
Les confieso que llevo muchos días meditando e intentando comprender qué es lo que está pasando por la mente de los afiliados socialistas. ¿Evitar que gobierne la extrema derecha?: Imposible que esta sea la razón pues los de VOX dijeron que ellos no exigirían entrar en el gobierno. ¿Materializar lo que les han pedido los españoles en las urnas? ¿De verdad alguien se cree esto en serio? En vista de los resultados resulta mucho más lógico pensar que los españoles lo que quieren es una coalición entre los dos grandes partidos, como por ejemplo sucede en Alemania, y no un puzle ingobernable de más de 30 partidos. ¿Por el bien de España?: Imposible, cuando resulta que una buena parte de los socios lo que buscan es precisamente la destrucción del país y su independencia.
Sinceramente, sólo encuentro una razón convincente. Como sentenció Guillermo de Ockhan, fraile escolástico del siglo XIV, en su Navaja de Ockhan :“ en igualdad de condiciones, la explicación más simple suele ser la más probable”:. Y para mí, y para muchas de las personas con las que hablo, algunos que incluso habíamos votado en el pasado al partido socialista, lo más simple responde únicamente a los intereses de Pedro Sánchez y de los innumerables cargos del Partido Socialista por mantenerse en el poder y poder seguir repartiéndose sueldos y dádivas.
Mantenerse en el gobierno da trabajo a muchos afiliados y amigos: ministros, secretarios de Estado, subsecretarios, directores generales, subdirectores generales, delegaciones del gobierno, subdelegaciones del gobierno, cargos de confianza, asesores, consejeros y directores de empresas públicas y participadas (cada vez hay más por cierto), etc etc etc. Una larguísima nómina de “enchufados” que seguro ascienden a bastantes miles de personas. Sin duda, existe una importante correlación con los 94.000 afiliados que han votado sí a que Sánchez conceda la amnistía a los encausados por el 1-O. Esto que estoy insinuando es muy duro, pero ¿qué otra explicación puede tener esta deriva del Partido Socialista?. ¡Ahí fuera hace mucho frío!
Llevo mucho tiempo pensando que la profesionalización de los políticos es un cáncer para nuestra democracia, que solo se resolverá el día en que , por ley, se limite cualquier actividad en la que se cobre de la política (empresas e instituciones públicas incluidas) a 3 ó 4 mandatos como máximo (12/16 años). Después. ¡A trabajar al sector privado!
Desgraciadamente, no tengo la menor duda de que al final tendremos en España otro gobierno Frankenstein (incluso más Frankenstein que el anterior). Sánchez es el rey de los embaucadores y con seguridad les volverá a engañar a todos, siendo además que casi todos (menos la coalición Compromís, por cierto, que ni está ni se le espera para defender a nuestra Comunidad) van a sacar una buena tajada del nuevo gobierno. Pero conseguida la investidura, que es lo más fácil, tocará formar gobierno, y ahí se van a encontrar los socialistas con el primer problema: Sumar va a pedir su cuota de poder, Podemos no se va a conformar y querrán seguir con el Ministerio de Igualdad (hay muchas bocas que alimentar), Adda Colau exigirá el Ministerio de Vivienda (ya se ha postulado) para así poder seguir profundizando en los topes a los alquileres y en la permisividad con los okupas, que tanto daño han hecho al mercado inmobiliario de Barcelona. Veremos lo que piden los demás, pero al final, seguro que se llegará a un acuerdo. Todo se arregla con “carguitos”. Cuando se consigue una secretaría de Estado ya tienes cuerda para dar trabajo a unos cuantos cientos de los suyos. Siempre es lo mismo.
Pero después de repartir el pastel, gobernar, lo que se dice gobernar, va a ser muy, pero que muy complicado. Para sacar adelante cualquier ley habrá que poner de acuerdo a todos y cada uno de los partidos que votaron la investidura. Los intereses muchas veces serán irreconciliables entre ellos (pensemos por ejemplo en Sumar y en el PNV cuando Repsol anuncie que renuncia a sus inversiones en el País Vasco). En cada votación se exigirán contraprestaciones por parte de cada uno. Las coaliciones que se han presentado a las elecciones, como Sumar, se van a dividir en menos que canta un gallo, como siempre ha hecho la izquierda. ¿Cómo narices se pueden gobernar así?: Imposible
Sinceramente, no entiendo a los socialistas. Creo que sólo buscando sus intereses a corto plazo y manteniendo a Sánchez y a su cúpula (“Pedro, haz lo que tengas que hacer para que la derecha no gobierne este país” le decía el secretario general del socialismo gallego), se han metido en un callejón sin salida del que les va a costar mucho salir, tanto a ellos como a España. Con la concesión de la amnistía y otras prebendas, además de engañar a sus votantes, están provocando una fractura gigantesca en la sociedad española. La vuelta atrás es difícil porque con las actuaciones de las últimas semanas “han quemado sus naves”. Es muy probable que la repetición de elecciones le diese el gobierno al Partido Popular, y ellos lo saben. Pero, si consuman toda esta felonía , creo que es posible que hundan a España, pero de lo que estoy absolutamente seguro es de que hundirán al Partido Socialista, convirtiéndolo en uno más de los partidos socialista irrelevantes de la Nueva Europa (Francia, Italia, ¿Portugal?). En cualquier caso, nada bueno para España.
Ojalá me equivoque, pero lamentablemente creo que pronto veremos a Puig-deu-mont entregándole las llaves del reino a San Pedro Sánchez, o quizás sería mejor hacer la semejanza con la “rendición de Breda”, que queda mucho más cerca de Waterloo.
¡Alea jacta est!
Desde mi humilde morada, Fernando Sepulcre