La escasez de viviendas en España. Propuestas demagógicas y leyes ideológicas

¿Cuántas viviendas sociales se han construido en España? ¿Cuántas se han construido en la Comunidad Valenciana con el gobierno de Puig? ¿Cuántas VPO? ¿Cuántas ayudas han tenido los jóvenes para comprar o alquilar un piso?

El pasado domingo, 16 de abril, nuestro querido y admirado `presidente, el señor Pedro Sánchez, anunció durante un mitin en Valencia, sin duda la ciudad que mejor acoge a los políticos nacionales en campaña, por mucho que estos insistan en maltratarla reiteradamente (debe ser por aquello de “per a ofrenar noves glòries a Sánchez…”), la movilización de 50.000 viviendas de la Sareb (Sociedad de Gestión de Activos Procedentes de la Reestructuración Bancaria), el llamado banco malo público con pisos procedentes de impagos, para el alquiler a precio asequible de nuestros ciudadanos y ciudadanas. Como no podía ser de otra manera, todos los militantes asistentes al acto, totalmente enfervorecidos por estas palabras y tras las oportunas indicaciones de su claque, se levantaron electrizados de sus asientos para aplaudir a rabiar a su amado líder. Se acabó el neoliberalismo. ¡Ahora sí que ganaremos las elecciones!

Ni que decir tiene que la noticia fue portada en todos los medios de comunicación, y que a partir de este anuncio no se habla de otra cosa en nuestro país. ¡Fantástico! Excelente noticia. Sánchez ha resuelto de un plumazo el problema de la vivienda en España. ¡Qué gran estadista! Seguro que todos los gobiernos europeos nos estarán envidiando por tener un presidente tan capaz y visionario.

¿Cuántas viviendas sociales se han construido en España? ¿Cuántas se han construido en la Comunidad Valenciana con el gobierno de Puig? ¿Cuántas VPO? ¿Cuántas ayudas han tenido los jóvenes para comprar o alquilar un piso?

Pero claro, en este país, para fastidio de nuestro presidente, resulta que el tema de las viviendas de la SAREB es más conocido que el sol. Empleados de banca y cajas de ahorro que lo han sufrido, inmobiliarias que han intermediado, promotores, constructores, albañiles, compradores o posibles compradores que han estado interesados, periodistas, funcionarios, economistas, okupas que se han aprovechado… Media España se conoce perfectamente la situación de los susodichos pisos, la cual es absolutamente distinta a como la pintó Sánchez. Y yo me pregunto: ¿cómo se puede tratar de engañar a tanta gente a la vez? ¿Tan tontos le parecemos?

Desde el mismo domingo del mitin comenzó el chorreo de informaciones que desmentían al presidente: Que si las añoradas viviendas son únicamente solares o edificios a medio construir, que si están totalmente destrozadas por el vandalismo y los robos, que si están okupadas, que si están en lugares perdidos de la mano de Dios, etc. Al final resulta que, aptas y preparadas para la venta o el alquiler, al parecer, sólo hay unas pocas miles. Escasas viviendas que, además, estaban destinadas prioritariamente a su venta para recuperar parte de la elevada deuda de la Sareb, que asciende a 30.500 millones. Es como si la falta de viviendas accesibles para la compra no fuera otro gran problema de nuestro país. Es decir, desvestir un santo para vestir otro. Brillante gestión o quizás una segunda intención.

Pero, visto lo visto, ¿ustedes creen que Sánchez ha reconocido su error y se ha retractado? ¿Creen que ha admitido que mintió o exageró? ¡En absoluto! Todo lo contrario, sostenella y no enmendalla. En una comparecencia en el Congreso no sólo se ha ratificado con las 50.000 viviendas, sino que ha doblado la apuesta y se ha inventado 43.000 viviendas más. A este paso, la próxima semana ya serán 200.000 nuevas casas. Paroles, paroles, paroles, como decía una preciosa canción.

Sin lugar a dudas, el problema de la vivienda en España, tanto en lo que se refiere a la compra como al alquiler, en un asunto muy grave. Para muchos españoles, y muy especialmente para los más jóvenes resulta muy difícil conseguir una vivienda (elevados precios, sueldos bajos, precariedad laboral, carestía de la vida, entre otros muchos factores). Pero yo me pregunto: ¿Qué ha hecho para remediarlo el partido que ostenta desde hace ya cinco años el gobierno de nuestro país? Pues muy poco o nada, a pesar de sus reiteradas promesas incumplidas, y eso que el problema se ha agravado sustancialmente durante su mandato. Parece que en esta ocasión lo tienen crudo para culpabilizar a otros (ellos que están siempre tan dispuestos a traspasar las culpas a los demás) ¿Cuántas viviendas sociales se han construido en España? ¿Cuántas se han construido en la Comunidad Valenciana con el gobierno de Ximo Puig? ¿Cuántas VPO? ¿Cuántas ayudas han tenido los jóvenes para comprar o alquilar un piso?

Para solucionar el problema de la vivienda, los partidos que se llaman a sí mismos “progresistas”(es decir, Bildu, ERC, Podemos, Compromis y PSOE) acaban de aprobar la Nueva Ley de la Vivienda 2023.  Se ha dado luz verde por parte del PSOE (tras resistirse hasta ahora) muy poco antes de las elecciones, y ya se ha comenzado a vender como el nuevo mantra electoral. Y yo me pregunto ¿De verdad pretenden que esta ley, junto a las inexistentes viviendas de la SAREB resuelva el problema de la vivienda en España?

He leído bastante sobre el tema, he visto algunas tertulias al respecto y he hablado con amigos expertos en la materia. Todos coinciden en lo mismo: Lo que va a conseguir esta ley será una importantísima reducción del parque de viviendas en alquiler en España, es decir, justo lo contrario de lo que se pretende con la misma. Toda la ley está hecha en contra de los arrendadores: El topar los incrementos de los alquileres, la protección para los inquilinos ante posibles desahucios, la imposibilidad de hacer nada cuando te entren Okupas (cuidado, que también pueden ser okupas que te han alquilado el piso y luego dejan de pagarte), la inseguridad jurídica que se crea para el futuro, la consideración de grandes propietarios a partir de 5 viviendas según las comunidades (ya verán como la valenciana será la primera), etc, etc,

Los expertos con los que he hablado anticipan una importante caída en La oferta de viviendas en alquiler y un gran incremento en los precios de las nuevas ofertas como consecuencia de la entrada en vigor de la ley. Es decir, parece que se puede estar defendiendo a los actuales arrendatarios (mientras no les venza el contrato), pero no a los nuevos. Más o menos como los sindicatos, que defienden a los que ya tienen trabajo y no a los que lo buscan. Muy curiosa la coincidencia.

Pero es que, además, estos expertos me explican que la mayor parte de los arrendadores, por lo menos aquí en nuestra provincia, son familias de clase media que a lo largo de su vida han conseguido ahorrar y comprar una segunda vivienda, que ponen en alquiler para obtener una renta con la que complementar la jubilación. Nada que ver con el “despiadado capitalista desahuciador” que nos están pretendiendo vender.  Sin duda existen empresarios del alquiler, pero parece que por estas tierras nuestras se dedican más al alquiler turístico. Y precisamente es al alquiler turístico (por cierto, mucho más rentable y menos problemático), a donde pueden huir muchos de los propietarios contra los que esta ley va dirigida. El gobierno puede firmar las leyes que quiera, pero cada propietario, por ahora, sigue siendo libre para decidir qué hacer con su vivienda.

Creo que fue Fernando Sánchez Dragó quien dijo que “un progresista es aquel que se siente tremendamente en deuda con la sociedad y utiliza tu dinero para saldar ese malestar de conciencia”, o aquel que te invita a comer, pero pretende que pagues tú la factura. Pues a eso me suena esta ley y otras muchas de este gobierno.

Por descontado, yo estoy lejos de ser un experto en esta materia, pero sólo con la aplicación del sentido común, y por si les sirve de algo a nuestros gestores, me atrevo a proponer:

  • Crear una importante reserva de viviendas públicas, especialmente en las zonas más tensionadas. El problema debe solucionarlo el sector público y no traspasárselo a los propietarios privados. Esto supone mucho dinero a invertir. Dinero que tendremos que detraerlo de otros sitios, por ejemplo adelgazando al sector público y sus privilegios. No queda otra.
  • Llegar a acuerdos entre instituciones (gobierno de España, Comunidades y Ayuntamientos), para liberar espacio público y conseguir ayudas europeas.
  • Colaborar con el sector privado para la construcción de Viviendas Protegidas (VPO). Eso debería conseguirse con la cesión de terrenos públicos y ayudas fiscales.
  • Establecer algún tipo de ayudas públicas a los jóvenes para la compra o el alquiler de viviendas.
  • Volver a las desgravaciones fiscales por la compra de la primera vivienda.
  • Desahuciar Okupas en 24 horas.
  • Eliminar la inseguridad jurídica que supone actualmente para el arrendador alquilar su vivienda.
  • Limitar y vigilar a los pisos en “alquiler turístico”

Si no nos tomamos en serio este asunto, y sólo aplicamos leyes con una gran carga ideológica y con mucha demagogia electoral. ¡Cómo narices conseguiremos que se emancipen nuestros hijos!

Desde mi humilde morada, Fernando Sepulcre

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